Los malditos paradigmas
Es cierto, todo nuevo conocimiento sólo puede ser interpretado a la luz de lo que ya se conoce, ¡pero cuidado! porque no todo los que se daba por sabido en el pasado es útil para el proceso de aprendizaje futuro, es ahí donde aparece la palabrilla “paradigmas”. Tengo sentimientos encontrados hacia ese concepto, por un lado nos ordena y facilita la vida, pero por otro nos ciega y limita torpemente hasta el punto de no permitirnos ver cosas simples, elimina nuestra creatividad INNATA y por lo tanto nos transforma en seres rutinarios y aceptadores de roles (de hijo, padres, amigos, ciudadanos, etc.).
Por mucho tiempo, inconscientemente me he negado a ser parte del sistema y por eso me he comportado como un niño rebelde. Recuerdo que una de las primeras cosas ante las que me rebelé fue aceptar el papel de hermano ejemplar, ¿yo? ¿hermano ejemplar? Mmm, en serio eso estaba lejos de mis aspiraciones. También me resistí a adoptar el típico modelo de estudiante que termina el colegio para estudiar a toda costa alguna carrera que estuviera dentro de las posibilidades, claro que como siempre por motivos ajenos a mi tuve que ceder.
En este momento me he dado cuenta que mucho de lo que hago es influido por otras personas, he tenido que ceder por otros y más de lo que alguna vez imaginé.Finalmente este mundo lleno de paradigmas ha logrado domarme, pero aun no estoy domado del todo, creo que mi naturaleza hostil sigue ahí esperando el momento oportuno para salir, y lo único que espero en este momento es encontrar el equilibrio justo para poder guiar la vida de dos de las personitas más importantes de mi vida, mis hijos.