El día D

Eran las 7 de la mañana y sentía un ajetreo inusual para la hora, cuando por fin pude despegar los ojos me levante preocupado a miran a la ventana. Fue ahí cuando tome conciencia de lo que estaba pasando, por la calle no pasaban personas o autos como era habitual, era un río lo que corría por ahí. Sí! Un río!
Me aliste para partir a L.A. (lugar al que algunos llaman cuidad), mientras el agua seguía subiendo de nivel, producto de la incesante lluvia y de algunos errores humanos que no viene al caso mencionar (y como dicen por ahí, errar aveces suele ser humano).
Cuando por fin decidí salir de la casa rumbo al terminal de buses, el agua en la calle llegaba a mi cintura y cualquier medio de transporte común para una ciudad, había sido reemplazado por algún tipo de embarcación, aunque fuera improvisada. En ese momento yo pensaba en la cueva que tuvo Noé al ser advertido de tamaño diluvio jajaja, en realidad el día era de locos, así que daba para pensar cualquier cosa.
Luego de sortear ese y otros obstáculos más por fin pude llegar a mi destino, donde la cosa no era de menor magnitud, era un día HORRIBLE, pero por circunstancias de la vida mi felicidad me impedía ver el desastre que dejaba la cruel acción de la naturaleza. En ese instante todavía no percibía el significado de lo que ocurría, ni tampoco intuía lo que estaba por venir... ahora comprendo que ese día era el comienzo de la tempestad más grande que ha sacudido mi vida.